martes, 15 de octubre de 2013

“La universidad pública y el neoliberalismo latinoamericano”

*Ponencia presentada en el Congreso Internacional de Estudios Latinoamericanos, organizado por la Universidad de La Serena, Chile. Noviembre del 2000.
Julio Alfonso Ortegón Espadas[1]


“Este grupo teme así y con razón, quedarse sin el apoyo de la base, poco participativa y carente de una clara visión. En este momento, de lo que se trata por lo tanto, es de politizar el movimiento estudiantil y para que así ocurra, es necesario, sobre todo, cuidar de la organización. La organización, la administración, son preocupaciones básicas para transformar el movimiento estudiantil en una realidad”.
Theotonio Dos Santos, 1961.


¿Qué explica que a cuarenta años de diferencia estas palabras tengan mayor validez que nunca? El riesgo que la universidad pública enfrenta ante el proyecto neoliberal de organización social, la pone ante la posibilidad, más real que nunca, de su desaparición. La organización estudiantil, y la conciencia de la responsabilidad histórica que enfrenta, es indispensable para detener el avance de un proyecto que sólo debilitaría a una de las instituciones más útiles para combatir la inequidad social, además de ser una institución que permite la formación de grupos sociales con posibilidades de entender y transformar, a través de valores universales, a la sociedad en su conjunto. Y tal vez ahí se encuentre la explicación del peligro que corre.
Ante esta posibilidad real ( en países como México) y vivida ya en algunos países (como en Chile), es necesario reconocer la situación de la sociedad latinoamericana ante el proceso de mundialización y el escenario que los jóvenes y estudiantes de ahora enfrentaremos, así como el papel que juegan los principales actores de este proceso. Esto nos permite plantear que no existen procesos naturales ni irreversibles, y determinar el papel de la Universidad Pública ante la Universidad de la Eficiencia y la Calidad total.

América Latina ante el proceso de mundialización.

Existe una tendencia hacia el debilitamiento del Estado-Nación y el reforzamiento de las identidades de grupos. Las tensiones y el debilitamiento del equilibrio interno en los Estados periféricos, se plantea como algo esperado, pero la generalización de la inestabilidad crea tensiones que amenazan la “estatidad”[2]. Existe una inestabilidad amenazante para los centros, en el agotamiento del Estado liberal, que al no poder cumplir las demandas de la población, privatiza los sistemas de seguridad y bienestar, siendo un aspecto regresivo del sistema. La respuesta al debilitamiento del Estado, es el reforzamiento de los grupos (étnicos, religiosos, de género, etc.), que son resultado del creciente proceso de democratización y del fracaso del Estado liberal (Wallerstein, 1998).
Del diagnóstico anterior que delinea las grandes tendencias del proceso de mundialización, es importante profundizar en el escenario que los países periféricos enfrentan, tomando en cuenta que la privatización de los sistemas de bienestar y seguridad debilita a grupos de población en los países centrales, que comparados con la población de nuestros países, mantienen un muy superior nivel de vida.
El pensamiento neoliberal, entendido como pensamiento único[3], ha establecido políticas que debilitan al Estado, lo que tiende a apuntalar el proceso de polarización social. En el nivel mundial, los países periféricos y semiperiféricos se enfrentan a las exigencias de la red global, y disminuyen sus controles sociales y territoriales, por lo que se manifiesta la exclusión y concentración del ingreso, características del proceso de mundialización.
Esta tendencia del proceso mundializante, pone a la población de América Latina ante una encrucijada, ya que la polarización social es inherente al desarrollo del sistema capitalista; por lo que en el peor de los casos, se deben tomar decisiones que permitan corregir las deformaciones del sistema, pero el Estado pierde el poder de influir dadas las decisiones ideologizadas de los gobiernos neoliberales.
Es así como en México, una decisión del gobierno neoliberal, aconsejada por el Banco Mundial, indujo a las autoridades designadas en la UNAM a establecer cuotas de matrícula que los estudiantes no aceptaron, dando lugar a la huelga estudiantil más grande y extensa de nuestra historia.  
Pero esto significa que los gobiernos neoliberales están desmantelando el capital social que tanto a costado, para ponerlo en manos de intereses transnacionales que operan por y para la obtención de ganancias, quitándolo de las manos del Estado, que se deshace de infraestructura que ha sido creada con dineros públicos,  renunciado a la posibilidad, que puede utilizar en diferente medida, de intervenir para intentar reducir los niveles de desigualdad. Las corporaciones y el capital internacional se encuentran fuertemente involucrados en las presiones que reciben los países del tercer mundo. Es importante reconocer la profundidad de los intereses que tienen, para poder reconocer los campos, de los pocos que quedan, en los que el capital social se trastocará a capital privado.
La base tecnológica que refuerza el proceso de mundialización, se caracteriza por la reducción del empleo en los sectores productivos a escala mundial, característica que agrava la posición de nuestros países dada su dinámica poblacional. La flexibilización de la producción y del empleo, abre grandes espacios por donde la explotación de la mano de obra se puede realizar en detrimento de los grupos poblacionales más vulnerables.

El escenario de la Universidad Pública.

Las innovaciones tecnológicas[4] también afectan al sistema educativo, ya que como en los otros ámbitos, las nuevas tecnologías si bien traen beneficios, también engendran graves riesgos, como “la concentración del conocimiento en los países rectores de este proceso, así como los peligros de acentuar las diferencias de estos países centrales y el resto de los países de la periferia” (Rodrígues, 1998).
Ahora, pensemos a la Universidad Pública en el marco del pensamiento neoliberal. La educación desde esta posición ideológica, debe ser de calidad total y puesta al servicio de los intereses de los sectores productivos. La condición de calidad total, implica un criterio excluyente: en nuestros países se encuentran elevados niveles de pobreza y subalimentación, condición que los deja fuera de cualquier posibilidad de vincularse a este criterio, dado que parten de una condición de desventaja inicial. Sobre todo cuando se considera la situación de las capas jóvenes de la población: donde es abismante la cantidad que muere antes de llegar al primer año de vida, sobrecogedor el porcentaje que no termina la primaria, y abrumadora la que queda fuera de la educación superior.[5] El poner la educación al servicio de los dueños del capital, significa reducir la educación a la adquisición de habilidades técnicas útiles al proceso de producción, sobre todo maquilero desarropándola de la enseñanza de valores universales que permitan tener los cuadros  que induzcan a la transformación hacia una sociedad más igualitaria.
Todavía hay más. Si agregamos las intenciones y realidades respecto a la privatización de la educación en América Latina, enfrentamos un escenario altamente riesgoso para nuestro futuro. Reduce en una importante proporción las posibilidades de realización de grandes sectores de la población. Si observamos que las condiciones del empleo se deterioran en la mundialización, y atendemos a las cifras de la pobreza en nuestro continente, se hace necesario preguntar ¿Quién podrá pagar la educación?, o en otras palabras ¿Para quién será la educación superior?
Ante las posibilidades de una mayor diferenciación entre la educación de los países del centro y la periferia, los criterios de selección basados en la calidad total y la privatización de la Universidad Pública, la respuesta no se hace esperar: los beneficiarios serán las élites de cada país, lo que representa reforzar las tendencias inequitativas del movimiento del capital.
Ante este escenario, por demás negro, se requiere que las juventudes y las agrupaciones estudiantiles latinoamericanas, valoren profundamente el papel que les toca jugar ante las envestidas de los grandes centros para desaparecer la Universidad Pública.
Recordando las palabras que Theotonio Dos Santos escribió hace casi cuatro décadas: tenemos que politizar el movimiento estudiantil y cuidar de su organización. Tenemos que combatir la apatía participativa y generar una clara visión de la sociedad que queremos. Para eso, tenemos que cobrar conciencia  de nuestra responsabilidad para con nosotros mismos y con las futuras generaciones.

Por la defensa de la Universidad Pública y Gratuita:
¡Asumamos nuestra responsabilidad histórica!

[1] Universidad Autónoma de Tlaxcala, México.
[2] Wallerstein define estatidad como el aumento constante del orden entre las naciones que se ha venido aumentando durante cuatro o cinco siglos, hasta alcanzar un equilibrio sistémico. El orden interno en los estados es cambiante.
[3] Se entiende como las proposiciones que de todo el pensamiento capitalista, que responden mejor a las exigencias particulares del estado vigente del capitalismo, aunque no eliminen sus contradicciones fundamentales. El pensamiento neoliberal juega este papel en la fase de mundialización que se vive (Amín, 1997).
[4] Uno de los factores de la nueva división del trabajo que genera desigualdad, es el monopolio tecnológico ejercido por las transnacionales, que excluye a los países periféricos de los procesos más productivos, generándose una profundización de la dependencia y una marcada diferencia en el proceso de exclusión del sistema mundial.
 [5] Los datos de organismos internacionales y de estudios particularizados sobre la pobreza en América Latina, coinciden en señalar  que este continente “padece de un exceso de pobreza”, que se traduce en alta mortalidad infantil, a partir de enfermedades curables; altísima deserción escolar en niveles primarios, sobre todo en la población juvenil femenina, (primaria incompleta, 39%, secundaria incompleta,61.8%, universitaria incompleta 77.4% BID,working Paper n.376) que se acompaña de una alta presencia de niños y niñas en el trabajo, enfatizada sobre todo tras la introducción del modelo maquilero y el esquema de producción flexible;Las pruebas de aptitud académica han ido deteriorando en los últimos años la presencia de grupos medios y bajos en las universidades. Todo esto demuestra que el problema de la educación, las demandas estudiantiles, y las perspectivas de la juventud latinoamericana no se pueden separar del modelo económico y, muy particularmente de las condiciones del trabajo.


BIBLIOGRAFÍA
 Amín S, (1998), “Unidad y mutaciones del pensamiento único en economía”, en López Segrera, F;  Los retos de la globalización, Ensayos en homenaje a Tehotonio Dos Santos, Tomo I; UNESCO, 1998.
 Attanasio, Orazio & Miguel Székely, “An Asset-Based Approach to the Análisis of Poverty in latin America”,Banco Interamericano de Desarrollo: Working Paper n.376, Oct.1999.
 Rodrígues M, (1998), “Theotonio Dos Santos: La globalización y su impacto en la educación”, en López Segrera, F;  Los retos de la globalización, Ensayos en homenaje a Tehotonio Dos Santos, Tomo II; UNESCO, 1998.
 Wallerstein I, (1998), “Paz, estabilidad y legitimación 1990-2025/2050”, en López Segrera, F;  Los retos de la globalización, Ensayos en homenaje a Tehotonio Dos Santos, Tomo I; UNESCO, 1998.

lunes, 14 de octubre de 2013

DISEÑO DEL SISTEMA DE SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN DEL ESTADO DE YUCATÁN

En Maldonado y Galíndez, (2013), Monitoreo, Evaluación y Gestión por Resultados. Aprendizaje y Cooperación Sur-Sur para la Innovación: El Papel de los Actores Subnacionales; CLEAR-CIDE, (Pp. 117-132).
El objetivo de este documento es presentar el diseño institucional del Sistema de Seguimiento y Evaluación del Estado de Yucatán, México.
El caso que se presenta es resultado del proyecto de asistencia técnica “Fortalecimiento del Sistema de Información Estadística, Geográfica y de Evaluación de Yucatán (SIEGEY) y en el establecimiento de un Sistema de Seguimiento y Evaluación Estatal con énfasis en el marco institucional” convenido entre la Unidad de Género y Pobreza del Banco Mundial y el Poder Ejecutivo del Estado de Yucatán. El desarrollo del proyecto contó
con el apoyo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL) y con la intermediación del Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social.

El sistema al que se hace referencia se caracteriza por el fuerte énfasis en la retroalimentación de la toma de decisiones y en la promoción del uso de evidencia rigurosa para contribuir a mejorar el diseño y la implementación de las políticas públicas. Con el fin de mejorar el diseño, la ejecución de las intervenciones públicas y la asignación presupuestaria, el diseño institucional otorga preponderancia al aprovechamiento de la información generada por el seguimiento y la evaluación. Es conveniente destacar que en dicho diseño se prevé la
participación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como de los órganos constitucionalmente autónomos y de los municipios del Estado de Yucatán.
Ver documento completo en CLEAR-CIDE:

miércoles, 12 de junio de 2013

Gestión para Resultados del Desarrollo en el Estado de Yucatán (I)

Antonio Paz Pineda, Julio Ortegón Espadas y Celina Candila Flores.

Publicado en Federalismo Hacendario, Revista Bimestral No. 179, Instituto para el Desarrollo Técnico de las Haciendas 

Introducción .
En México la Gestión para Resultados del Desarrollo (GpRD) ha evolucionado, como en el resto del mundo, como parte del esfuerzo para reducir la pobreza, apoyar el crecimiento económico sostenible y equitativo y mejorar la definición y medición de los resultados de desarrollo. Este modelo es el prevaleciente en el mundo como solución para hacer eficiente y eficaz la gestión gubernamental y alcanzar los resultados del desarrollo deseados. Esto ha traído consigo transformaciones de la gestión pública que modificaron el marco legal e institucional federal.

En Yucatán la adopción de este modelo fue impulsada por las modificaciones realizadas en el ámbito federal, por lo que fue necesario generar un marco conceptual que explique de manera integral los alcances de los cambios requeridos, así como una estrategia de intervención centrada principalmente en el apoyo de organismos multilaterales y federales, lo que ha llevado al desarrollo de instrumentos de gestión propios.

En este documento se presenta una aproximación a los instrumentos más representativos que se han desarrollado e implementado en el marco de la GpRD. Para esto se presenta un breve diagnóstico sobre las condiciones que prevalecían en la Administración Pública en el punto de partida de las reformas y se describe brevemente la actualización del marco legal.

Posteriormente se presentan las experiencias relacionadas con los esfuerzos por mejorar la planeación del desarrollo. Seguido se describen las herramientas más representativas que han sido desarrolladas en el estado para fortalecer el Presupuesto basado en Resultados (PbR), con un fuerte énfasis en los instrumentos de programación.

Se muestra el modelo básico del Sistema de Seguimiento y Evaluación y finalmente, se presenta la estrategia desarrollada para fortalecer la producción de información de calidad mediante el fortalecimiento del Sistema de Información Estadística y Geográfica.

Queda mucho por hacer para hablar de un avance e institucionalización de este modelo de gestión, por lo que la presentación de estos instrumentos sólo tienen por objeto dar a conocer la experiencia generada Yucatán y abrir un espacio de reflexión sobre la necesidad de conceptualizar de manera integral el modelo, mostrar los principales instrumentos y reflexionar en la importancia de fortalecer el intercambio de mejores prácticas que se han desarrollado en las entidades federativas.

Condiciones iniciales

Como principal característica, podría decirse que en Yucatán el ciclo planeación- programación- presupuestación se encontraba fragmentado y cada etapa seguía su propia lógica técnica e institucional. En términos generales, puede decirse que asociados a esta fragmentación, se presentaban las siguientes características:
  • El marco legal presentaba un rezago dado que se orientaba al cumplimiento de las atribuciones legales y el control del gasto público y no articulaba las etapas de formulación, programación, presupuestación, seguimiento y evaluación.
  • El Sistema de Planeación del Estado respondía más al cumplimiento de rituales que a la consecución de los objetivos de la planeación.
  • No se contaba con un marco metodológico y técnico para la elaboración del plan y los programas de mediano plazo. También era sensible la carencia y desorganización de la información para la planeación desarrollo. Este problema era especialmente sensible en el ámbito de la gestión de programas y proyectos.
  • El proceso de programación presupuestación se basaba en actividades y tareas, el proceso de asignación presupuestal se interesaba principalmente en el análisis del objeto del gasto (¿en qué se gasta?) así como en la clasificación administrativa (¿quién gasta?). No se presupuestaba por programas ni proyectos de inversión.
  • No existía una agenda relacionada con la evaluación debido principalmente a que no se creó la ley de desarrollo social. Esto significó que no existiesen un área u órgano de encargado del tema.
Con el objeto de darle cumplimiento al mandato de la Carta Magna, derivado de la reforma de 2008, se llevaron a cabo adecuaciones a la Constitución Política del Estado de Yucatán, las cuales fueron publicadas en el Diario Oficial del Gobierno del Estado del 19 de marzo de 2010, con lo que se da sustento al Presupuesto Basado en Resultados y se establecen previsiones para medir y evaluar los resultados de las intervenciones gubernamentales y el ejercicio del gasto público. Esta reforma establece la creación de un Órgano de Evaluación, dependiente del Congreso del Estado que podrá evaluar a los poderes, órganos autónomos y municipios.

También se aprobó la Ley de Presupuesto y Contabilidad Gubernamental del Estado de Yucatán, que sustenta la instrumentación del PbR en el Estado y establece previsiones en materia de indicadores de desempeño y evaluación. 

Se publica la Ley de Fiscalización de la Cuenta Pública del Estado de Yucatán, con lo que se crea Auditoría Superior del Estado de Yucatán.

Marco conceptual de la Gestión para Resultados del Desarrollo (GpRD)

La amplitud de la agenda derivada de las reformas federales y la necesidad de implementarlos de forma coherente, obligaron a construir un marco conceptual que estableciera los alcances del modelo. Este  proceso fue gradual, fortalecido por una estrategia de acompañamiento y cooperación que buscaba aprovechar la sinergia de trabajo con organismos multilaterales y nacionales.

El modelo de Gestión para Resultados del Desarrollo entonces, que ha estructurado el Banco Interamericano de Desarrollo, se incorporó como una base conceptual que permitiese que la actividad pública tuviese como preocupación central la generación del mayor valor público posible, mediante la creación de un nuevo modelo de cultura organizacional y de dirección con el fin de producir, de manera sostenible, mejoras en la calidad de vida de la sociedad, es decir, lograr una mayor efectividad en el desarrollo. Lo anterior en el marco de una amplia participación social y prácticas amplias y sostenidas de transparencia y rendición de cuentas.

El modelo de GpRD tiene como principales instrumentos, aunque no en forma exclusiva, la planificación del desarrollo con enfoque a resultados, el presupuesto basado en resultados, la gestión financiera, los sistemas de auditoría y adquisiciones, la gestión de proyectos y programas y los sistemas de seguimiento y evaluación.

Un elemento transversal e indispensable para el éxito en la implantación del modelo es la disponibilidad de información de calidad, por lo que en Yucatán se consideró una estrategia para desarrollar un sistema de información como parte sustantiva del modelo.

Es notable la escasez de marcos de prácticas y metodologías para la generación de información estadística y geográfica asociada a la gestión pública enfocada a resultados. 

Sistema de Planeación del Desarrollo con enfoque a resultados

Este es el elemento central del modelo, ya que refiere al proceso mediante el cual se define el rumbo de las políticas del Estado y se precisan sus resultados, en distintos niveles y ámbitos, así como las medidas de política, las acciones de regulación y el perfil de producción pública necesarios para alcanzarlos.

Un primer paso fue la definición de la regionalización para el desarrollo, que incluyó análisis de regionalización polarizada mediante (sistema de ciudades), análisis de especialización, así como la incorporación de elementos para identificar procesos de desarrollo que den coherencia territorial a las regiones.

También se desarrollaron elementos para garantizar la alineación de los programas de mediano plazo con los programas federales, y se desarrollaron metodologías y contenidos que permitieron que los programas de mediano plazo1 contasen con este enfoque territorial y con un esquema claro para la evaluación, a partir de objetivos medibles, indicadores de resultados e impacto, así como con la definición de metas.

Los instrumentos de planeación que se impulsaron son:
  • Regionalización del Estado.
  • Diagnóstico base de las condiciones estatales con enfoque regional.
  • Información estadística y geográfica, desagregada por región.
  • Guión metodológico para la elaboración de programas de mediano plazo.
  • Estrategia de capacitación: se realizaron foros y talleres de capacitación para socializar los aspectos metodológicos.

Julio Alfonso Ortegón Espadas, Licenciado en Economía por la Universidad Autónoma de Yucatán, se ha desarrollado en las áreas de planeación del desarrollo, información y gestión estadística, seguimiento y evaluación de programas. Actualmente es Jefe de Apoyo a la Gestión del Desempeño de la Unidad de Asesores de la Secretaría de Administración y Finanzas del Estado de Yucatán.
J. Antonio Paz Pineda, licenciado en derecho por la Universidad de Yucatán, con más de 40 años en el servicio público y 18 en las áreas hacendaria y de planeación. Actualmente Director General de la Unidad de Asesores de la Secretaría de Administración y Finanzas del Estado de Yucatán. antonio.pazp@yucatan.gob.mx
Celina Candila Flores egresada de la licenciatura en Economía de la Universidad Autónoma de Yucatán, se ha desempeñado en los temas de planeación y programación. Actualmente labora como Jefa de Programación de la Dirección de Presupuesto y Gasto Público de la Secretaría de Administración y Finanzas del Estado de Yucatán. celina.candila@yucatan.gob.mx

1 Los programas de mediano plazo pueden encontrarse en http://www.yucatan.gob.mx/transparencia/nodos.php?id_arbol=3

domingo, 6 de junio de 2010

Políticas Públicas de Género: La igualdad de oportunidades y la acción afirmativa


Una de las corrientes más conocidas de las políticas públicas de género es el que tiene como origen el enfoque de igualdad de oportunidades. Este plantea que las desigualdades se construyen a partir de la ventaja inicial asociada al género que favorece a los hombres en las distintas estructuras sociales (familia, mercado y Estado). Una de las intervenciones en políticas públicas de género más frecuentes y a la vez más polémicas es la denominada “Acción afirmativa” y deriva de este enfoque.

Al reconocer que las desigualdades de inicio determinan la desigualdad de acceso a los beneficios del desarrollo, el enfoque de oportunidades “promueve el diseño de medidas que permitan “igualar” la condición de mujeres y hombres. Se trata de las llamadas “acciones positivas”: normas legales, decisiones judiciales, políticas públicas o directrices que buscan acelerar la igualdad sustantiva o de facto entre mujeres y hombres, corrigiendo situaciones de desequilibrio que son consecuencia de prácticas y sistemas sociales discriminatorios” (Incháustegui, 2009).
Estas medidas tienen como fin igualar las condiciones de acceso al mercado y a las esferas de decisión del Estado, a partir del reconocimiento de las diferencias que, de origen, tienen hombres y mujeres originado por estructuras y sistemas sociales que generan prácticas discriminatorias.

Estas medidas suponen que la modificación de las condiciones de partida generará dinámicas de cambio que permitirán modificar las condiciones de desigualdad. Es decir, al tener un mayor acceso de las mujeres al mercado de trabajo y al poder, deberían modificar los sistemas sociales que determinan estas desigualdades, con lo que se espera que en el tiempo estos cambios generen un impacto estructural que signifique la superación de las causas de la desigualdad.

Es por esto que estas medidas se consideran de carácter temporal. No olvidemos que estos procesos de transformación son lentos, por lo que la permanencia de estas políticas no tiene un comportamiento preestablecido, ya que dependen del ritmo de los cambios sociales.

El enfoque de género incorporado al pensamiento del desarrollo, introduce la categoría del género para explicar la persistencia de la desigualdad y pobreza por el orden de género, es decir, por las estructuras, procesos e instituciones que diferencian el papel de los dos sexos en las responsabilidades de la familia, el mercado y el Estado.

Esta visión de incluir el género en todas las esferas de las políticas públicas posibilita la creación de una amplia variedad de herramientas, metodologías y técnicas que permiten abordar e incluir la perspectiva de género en el ciclo de diseño, implementación, operación y evaluación de las intervenciones públicas.

Fuente de la imagen:http://www.cepal.org/oig/

miércoles, 21 de abril de 2010

Mecanismos de transmición de las desigualdades de género desde la esfera de la familia a las del mercado y la política. (2/2)


Género en las esferas productiva y política.

La institución de la familia, sancionada por la moral y las reglas del pensamiento judeo-cristiano, facilita el control del hombre de la esfera productiva, ya que a través del matrimonio se asigna el rol de proveedor en un contexto económico emergente: el capitalismo, en donde aparece la institución del mercado. Esta institución libera al hombre de la sujeción de la servidumbre e impulsa la concentración urbana. En este contexto el hombre se apropia del mercado del trabajo al pasar masivamente a constituir la mano de obra fabril de la Revolución Industrial, en tanto la mujer, en caso de ser incorporada al proceso productivo, junto con la mano de obra infantil, eran asignadas a labores con menor remuneración que los hombres.

La construcción de la esfera productiva asociada al mercado, parte de principios de control de la mujer, que en los círculos más reaccionarios, incluso a mediados del siglo veinte, seguían desvalorizando el trabajo femenino a partir de una visión biologisista y profundamente dogmática, que asigna a la mujer una incapacidad natural para el trabajo. En 1960 en España se planteaba:

La mujer podrá poner en marcha un complejo industrial con la perfección de un hombre; trazará un plano de construcción más bello que el hombre. Aun más, un mundo gobernado por mujeres podría ser un mundo mejor, pero sería un mundo al revés de cómo Dios lo planeó y quiso. Lo que, pues, Dios hizo, no lo cambien… las mujeres” (Quintín de Sariegos, citado en Astelarra, 2005).

El control de la esfera política prolonga el control del poder del hombre ya que todas las instituciones y procesos que sancionan la distribución del poder está en manos de los hombres. La constitución de los estados modernos se fundamenta en la institucionalización de los derechos civiles a partir del marco jurídico surgido del pacto social.



Se ha planteado que el pacto social y la universalización de los derechos civiles son fundamentalmente un acuerdo entre hombres, ya que estos derechos han sido sistemáticamente negados a las mujeres. Incluso en el siglo XXI el mundo encuentra sociedades en done las mujeres carecen de los derechos más elementales y a las que se les asigna un papel completamente desvalorizado.

Como ejemplo de cómo desde el poder se ha prolongado el dominio masculino, y utilizando el caso paradigmático del Franquismo, por su profunda concepción del mundo reaccionaria y basada en el pensamiento católico, se reproducen dos citas de la sección femenina de la Falange fascista. La primera es la de su dirigente y la segunda de la revista de esta organización:

"Las mujeres nunca descubren nada; les falta el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer nada más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos dan hecho." (Pilar Primo de Rivera).

"Cuatro verdades de la Sección Femenina de la Falange en 1943: -Una mujer no ha realizado nunca una invención mecánica. -Una mujer no ha tenido nunca el genio de la creación musical. –Una mujer no ha hecho el menor progreso en la cirugía. –Una mujer no ha tenido nunca la cabeza filosófica ." (Revista Y de la Sección Femenina, agosto de 1943 citado en Astelarra, 2005).

A partir de concepciones como las planteadas, en las que la condición de mujer es minusvalorada en el sentido elemental del Ser-Humano, incluso en la negación de la inteligencia de la mujer, se organizó el régimen político franquista y el corpus de leyes e instituciones que institucionalizaron la división de roles, derechos y oportunidades de las mujeres españolas en buena parte del siglo XX.
Estos ejemplos nos permiten presentar los elementos conceptuales para entender el proceso de construcción de las relaciones de género.

Imagen: Xx, Bárbara Lobatón, en http://www.flickr.com/photos/barbaralobaton/page4/

martes, 20 de abril de 2010

Mecanismos de transmición de las desigualdades de género desde la esfera de la familia a las del mercado y la política. (1/2)

Introducción.



Este breve ensayo,dividido en dos partes, pretende responder a la pregunta ¿Por qué se transmiten las desigualdades de género desde la esfera de la familia a la del mercado y la esfera política? y se realiza un ejercicio de interpretación de la construcción del papel de la mujer a partir de las ideas surgidas del pensamiento religioso.



Elementos conceptuales.


Uno de los elementos centrales de la reproducción de la desigualdad se basa en que la división sexual del trabajo indica que tradicionalmente la mujer se ocupa de las tareas domésticas y los hombres de la provisión, siendo lo primero desvalorizado.


Esto incide en la práctica cultural a partir de la forma en la que los sexos se dividen el trabajo y las actividades para la reproducción social. La organización social por sexos es la base en la que cada sociedad basa su entendimiento y explicación del mundo exterior y se convierte en el mecanismo mediante el cual se valoran las actividades al hombre y a la mujer, y por lo tanto, el papel y el valor de las funciones que juegan en la sociedad, elementos que sirven para asignar valores al orden natural y a las actividades productivas y reproductivas de la sociedad.


Esta base cultural de la organización social, se convierte en el mecanismo a partir del cual se articulan tres procesos de significación y de organización social e individual: los procesos simbólicos, la estructura generizada de la sociedad y la identidad de género.



Construcción de la feminidad a partir del pensamiento religioso occidental.


La forma en la que se articuló la estructura social de la modernidad marcó el lugar asignado al hombre y a la mujer, división que moldeó los procesos de construcción e institucionalización de las tres principales macroestructuras: la familia, el mercado y el Estado.


El proceso de construcción cultural y de desvalorización de lo femenino en la cultura occidental se refuerza en los procesos sociales y religiosos de fines de la edad media, y se amplía a partir de la diseminación del pensamiento religioso en un contexto de grandes transformaciones del continente europeo delimitadas por las confrontaciones militares y religiosas (tanto al interior del catolicismo como en la Reforma).


Como ejemplo de este proceso cultural, tenemos que en el siglo XII aparece la figura de la mujer-vicio, metáfora a través de la cual la moral cristiana comenzaba a estructurar un discurso moralizante y de censura de las sexualidad humana. El pensamiento monástico comienza a construir una nueva concepción del diablo que tarda siglos en consolidarse y tomar coherencia, pero que consistentemente va tomando forma y lentamente trasciende las murallas de los monasterios.



Se ha planteado la hipótesis de que a partir del siglo XVI el arte alemán comienza a difundir temas que delinean el lugar asignado a la mujer a partir del pensamiento religioso asociando íntimamente, a partir de contenidos bíblicos, las ideas de la muerte, el pecado, el demonio y Eva. Esta vinculación de lo femenino como la parte oscura de la creación es retomada y difundida a través del Malleus Maleficarum, primer tratado para la caza de brujas (Muchembled, 2004).


Es precisamente en el siglo XVI cuando comienza a tomar forma los elementos que darán empuje a la caza de brujas en Europa, a partir de la articulación de los textos teóricos de los monjes (a pesar de lo limitado de la difusión de sus ideas en la población ajena a la élite urbana), los procedimientos judiciales y la representación artística, en donde se asocia la práctica diabólica principalmente, pero no exclusivamente, con el cuerpo de la mujer, al que se asignan pulsiones físicas devoradoras, que en los procesos judiciales materializan y simbolizan fuertemente la sexualidad femenina, que es asociada a la muerte y a lo diabólico. Este pensamiento perfila una serie de prácticas para el control de la sexualidad femenina y el establecimiento de prácticas sociales dirigidas al control del cuerpo femenino (Muchembled, 2004).


La valoración de la mujer desde el campo simbólico le asigna un lugar en los procesos de producción y reproducción social. Hacia el siglo XVI la conjugación del pensamiento erudito monástico, el jurídico y el médico (que comienza a delimitar el papel de lo femenino en el campo de los saberes), articulan una visión del mundo explicado principalmente por la diferencia entre el hombre y la mujer, en donde el primero era infinitamente superior por voluntad divina y acorde con el orden universal. En este período explícitamente se asigna a la mujer el rol principal para la reproducción social, a partir de una serie de prácticas sociales dirigidas a controlar su sexualidad y por lo tanto, su cuerpo.


En tanto el hombre se asocia con la vertiente creativa de dios, a la mujer se le asigna el lado oscuro relacionado con el pecado y la muerte. Es por esto que el médico Joubert planteaba que “La mujer ha nacido para el sosiego, y para la sombra, al abrigo de su casa, que ella debe llevar en su espalda como hace el caracol o la tortuga… Esta es la razón por las cual Dios a creado a la mujer, compañera del hombre…” (Citado en Muchembled, 2004). Este pensamiento arropa el rol de madre y esposa, en tanto el hombre es concebido como un guerrero y por voluntad divina asignado al trabajado.


El pensamiento occidental quedó marcado por este cemento conceptual con una fuerte base religiosa, ya que el protestantismo que da un fuerte impulso a los procesos de modernización social y económica, retoma la idea de la mujer como un ser peligroso, por lo que rompe la forma de entender el orden religioso, pero no modifica la idea de la organización social basada en la división del hombre bueno y la mujer perversa que requiere vigilancia y control.


Esto significó que el orden social occidental tuviese una base en la diferenciación de género en donde el hombre ejerce un control y dominio sobre la mujer, a partir de la construcción y apropiación de los ámbitos público y productivo asociados a la modernidad, en tanto la mujer es excluida del pacto social negándosele derechos que se planteaban universales.


Imagen: Baldung 3 edades Woman & death.